Abro mis ojos y como cada mañana, al pasar frente al espejo vuelvo a descubrir ese crucigrama.
No lo soñé , no se ha ido, ahí sigue el enigma.
Mis ojos, la forma de mi nariz, el color de mi piel, de dónde han venido?
Era muy chico cuando supe la verdad, y aunque tenía de todo y abundaba el amor, un hueco se abrió en mi corazón.
Y desde entonces, voy por la vida así, incompleto.
Tantas preguntas me han invadido desde entonces, tantas noches de insomnio, tantos porqués carcomiéndome el alma, sin sosiego.
Y me invento mil historias, escribo en mi imaginación mil cuentos.
Cómo alguien arroja un bebé sano, cuidado y bien vestido a los brazos de un extraño, y escapa?
Quién era él, qué motivos pudo tener para alejarme de su lado?
Y tú, qué pensarías al respecto?
Me has extrañado?
Te tomó él en cuenta para decidir éso?
Y comienza mi día, y se llena mi mañana de risas y de voces de niños, tus nietos.
Y aunque mi corazón quiere abrazarlos, estar presente, de repente me pierdo.
Y me pregunto de quién heredarían los hoyuelos en las mejillas, o si el largo de sus pestañas será parecido a las tuyas.
Veo a mi Esposa atenderlos con tanto amor y tanta entrega, que regresa la pregunta:
Cómo es que alguien puede renunciar a esto?
Ayer tocó chequeo con el Médico, y la incómoda pregunta de antecedentes volvió a hacer eco.
“No lo sé” respondí, tratando de fingir indiferencia. “Fui abandonado de pequeño, y desconozco de dónde vengo”.
Y así es, en efecto.
Desconozco tantas cosas!
El porqué de mis alergias, de mis manías, de mis miedos.
Ya en el coche, camino al trabajo, sintonizo una canción y comienzo a tararearla.
Y nuevamente, me pierdo en mis pensamientos:
Tendrás bonita voz? Te gusta cantar? Qué tipo de música?
O será al contrario, que tal vez alguien me arrebató de tu lado y tu sonrisa y tu voz se apagaron?
Cuánto me habrás buscado?
Yo llevo gran parte de mi vida buscándote.
No temas ni pienses que te voy a juzgar, quizá eso te ha disuadido de acercarte.
He tenido una buena vida, y mucho amor.
Tus motivos habrás tenido para distanciarte.
Sólo quisiera armar un rompecabezas que no funciona porque le falta una pieza.
Durante el día he ido viendo grupos de familias felices, y regresan a mí las preguntas:
Tengo hermanos, tíos, primos, abuelos? Alguno de ellos sueña con mi regreso?
Vuelvo a casa después de una larga jornada, y mi tarde se convierte en un cáos de besos chiclosos y charlas infantiles.
Y al caer la noche, regreso a mi cuarto, y ahí está, mudo, implacable, el espejo Juez que vuelve a reflejar este enigma que soy.
Ya en cama y con la luz apagada, rezo por ti, y le pido a Dios que algún día vuelva a unir ese camino que dejamos a medias.
Buenas noches Mamá.
Te extraño, y durante años te he estado buscando.
Me llamo Alejandro.
No lo soñé , no se ha ido, ahí sigue el enigma.
Mis ojos, la forma de mi nariz, el color de mi piel, de dónde han venido?
Era muy chico cuando supe la verdad, y aunque tenía de todo y abundaba el amor, un hueco se abrió en mi corazón.
Y desde entonces, voy por la vida así, incompleto.
Tantas preguntas me han invadido desde entonces, tantas noches de insomnio, tantos porqués carcomiéndome el alma, sin sosiego.
Y me invento mil historias, escribo en mi imaginación mil cuentos.
Cómo alguien arroja un bebé sano, cuidado y bien vestido a los brazos de un extraño, y escapa?
Quién era él, qué motivos pudo tener para alejarme de su lado?
Y tú, qué pensarías al respecto?
Me has extrañado?
Te tomó él en cuenta para decidir éso?
Y comienza mi día, y se llena mi mañana de risas y de voces de niños, tus nietos.
Y aunque mi corazón quiere abrazarlos, estar presente, de repente me pierdo.
Y me pregunto de quién heredarían los hoyuelos en las mejillas, o si el largo de sus pestañas será parecido a las tuyas.
Veo a mi Esposa atenderlos con tanto amor y tanta entrega, que regresa la pregunta:
Cómo es que alguien puede renunciar a esto?
Ayer tocó chequeo con el Médico, y la incómoda pregunta de antecedentes volvió a hacer eco.
“No lo sé” respondí, tratando de fingir indiferencia. “Fui abandonado de pequeño, y desconozco de dónde vengo”.
Y así es, en efecto.
Desconozco tantas cosas!
El porqué de mis alergias, de mis manías, de mis miedos.
Ya en el coche, camino al trabajo, sintonizo una canción y comienzo a tararearla.
Y nuevamente, me pierdo en mis pensamientos:
Tendrás bonita voz? Te gusta cantar? Qué tipo de música?
O será al contrario, que tal vez alguien me arrebató de tu lado y tu sonrisa y tu voz se apagaron?
Cuánto me habrás buscado?
Yo llevo gran parte de mi vida buscándote.
No temas ni pienses que te voy a juzgar, quizá eso te ha disuadido de acercarte.
He tenido una buena vida, y mucho amor.
Tus motivos habrás tenido para distanciarte.
Sólo quisiera armar un rompecabezas que no funciona porque le falta una pieza.
Durante el día he ido viendo grupos de familias felices, y regresan a mí las preguntas:
Tengo hermanos, tíos, primos, abuelos? Alguno de ellos sueña con mi regreso?
Vuelvo a casa después de una larga jornada, y mi tarde se convierte en un cáos de besos chiclosos y charlas infantiles.
Y al caer la noche, regreso a mi cuarto, y ahí está, mudo, implacable, el espejo Juez que vuelve a reflejar este enigma que soy.
Ya en cama y con la luz apagada, rezo por ti, y le pido a Dios que algún día vuelva a unir ese camino que dejamos a medias.
Buenas noches Mamá.
Te extraño, y durante años te he estado buscando.
Me llamo Alejandro.
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